21 de junio de 2010

Comenzamos...


Acaba de llegar a casa. Casi veinte días ingresada habían dado para mucho. Demasiado tiempo para pensar y ver otras realidades. El cuerpo es frágil, y eso no lo olvidaría nunca.

Siempre he sido una mujer fuerte, mi salud había flaqueado pocas veces, pero en aquella ocasión comprendí que eso también podía fallar. Me senté en el sofá mirando a mi alrededor, disfrutando cada detalle de mi hogar, respirando el aroma que lo caracteriza. ¡Qué bien me sentía en ese momento! Todo había pasado, ya estaba a salvo. 

Estaba decidida a disfrutar cada minuto de mi vida, más aún de lo que lo había hecho hasta ese momento. Hacer todo aquello que me hacía feliz, y que mis circunstancias me permitían.  Mis hijos, mi marido, mi familia, mis animales, las vacaciones, mis aficiones... o un simple paseo.

Me detuve a observar la librería, aquellos libros que había leído, los que me faltaban por leer... La colección de clásicos que tan buenos momentos me proporcionaba. En otro apartado, otros tantos títulos que había ido adquiriendo con el tiempo, o los que me habían regalado, los heredados de la infancia... Pero había más, muchos más que yo desconocía. No me bastaba con leer lo que me recomendaban mis familiares y amigos, o el último premio de tal o cual certamen literario. Necesitaba indagar, ampliar mi lista de autores y sus obras.

Y ahí estaba él, mi pequeña ventana al mundo. Abrí el ordenador y comencé mi búsqueda. Así fue como comencé a moverme en foros de literatura. Qué mejor lugar para informarme, leer opiniones, empaparme de todo lo que me interesaba. 

Jamás imaginé el maravilloso mundo que iba a descubrir. Las personas que iba a conocer. Tantas lecturas interesantes. Y aún quedaba lo mejor.

Viví momentos increíbles, situaciones divertidas, curiosas, sorprendentes. Comencé a comunicarme con lectores, escritores o compañeros que, como yo, simplemente opinaban. Asistí a enfrentamientos, discusiones... ¡Fue sensacional!

Allí conocí a personas que hoy forman una parte muy importante de mi vida. Nunca pensé que a través de una pantalla, intercambiando post, leyendo sus intervenciones, opinando sobre ellas, compartiendo ideas y sentimientos, un Nick, un avatar o una una foto velada, se convertirían en amigos y confidentes.  No podía pedir más.

Y así, de la mano de Marta, llegué un día a Taller de Cuentos. Allí estaban ellos, los más afines a mí, los más divertidos, los mejores.  Algunos de ellos habían publicado ya, otros estaban a punto de hacerlo, otros compartían escritos que Marcelo corregía con el apoyo de todos los demás. Porque de eso se trataba, de aprender a contar, de disfrutar haciéndolo. Algunos con ideas de futuro, otros por diversión, todos tenían algo que decir y lo hacían bien. 

Un día decidí probar con una consigna, bonita palabra para mí. Nunca había mostrado mis escritos, eran un acto íntimo: Cartas, pensamientos, recuerdos, reflexiones que guardaba en un cajón, o que rompía una vez escritos. Demasiado personales para ser encontrados. Pero con aquel ejercicio me sentí bien. Quizás porque fue bien acogido, corregido con cariño, leído por mis compañeros.  Sí, claro, aún me quedaba mucho por aprender. ¡Tenía tantas lagunas! Pero aquello me abría un enorme abanico de posibilidades. Era como comenzar a estudiar de nuevo. Manuales de escritura, consejos de escritores consagrados, gramática, ortografía... Estaba emocionada. Descubrí que aquellas historias que mi imaginación creaba no se quedarían en un cajón bajo llave. 

Había comenzado a escribir. 

Aún sigo aprendiendo. No tengo pretensiones concretas. Pero disfruto con cada pequeño relato. Una imagen, un viaje, una noticia, un recuerdo y ¡zas!, mi imaginación comienza a trabajar, el teclado a echar humo y mi cerebro a sufrir con las correcciones, ja, ja, ja, muchos de vosotros ya sabéis a qué me refiero. 

Hoy no podría pasar sin ello. Necesito escribir, aunque a veces se quede en una carpeta más en mis documentos. Sigo escribiendo cosas que son solo para mí, otras, las que mi creatividad me permite y cuando la musa me acompaña, las he compartido con aquellos que considero mis amigos. Ahora, me gustaría hacerlo con vosotros, desde la humildad y el respeto a todos aquellos que, de verdad, sois grandes escritores. Leer, comentar, compartir conmigo todo aquello que queráis. Yo, con vuestro permiso, seguiré aprendiendo de todos vosotros.

Estáis en vuestra casa.

¡Bienvenidos a Contando Cuentos!

Pilar.

10 comentarios:

  1. Pilar, me ha encantado. Es sincero, emotivo y especial. Como tú. Para mí también fue un placer encontarte. Una suerte diría yo. Tanta como te deseo para este espacio.
    Un beso grande, amiga.
    Marta

    ResponderEliminar
  2. Hola, Pilar, me ha encantado la presentación tu blog, qué tierna. Voy a enlazarte en mi blog, ;-)

    ResponderEliminar
  3. Gracias Marta. Gracias Bohr. Yo sí que estoy encantada de ver dos entradas en mi blog, y además, vuestras. Está contado tal cual fue. Y ahora, a seguir llenando esto.
    Os quiero, compis. (Bueno, ya sabéis que soy sensiblona)

    ResponderEliminar
  4. ¡Pilarín! Tu primera entrada a traición, sin avisar, bueno, qué sorpresa.

    Me ha encantado, has descrito con sentimiento cómo se cruzaron las vidas de muchos de los que nos conocimos por el Taller y otros espacios antes (¿eh, Malube?)

    Espero que el blog siga adelante mucho tiempo, que así ya tengo otro sitio donde localizarte. Y por si se da el apagón que van diciendo ahora los científicos de la NASA, iré practicando la telepatía ;-)

    ResponderEliminar
  5. Una entrada preciosa, Pilar. Cantidad de bonita y cercana. Enhorabuena!!!
    Mil gracias por tener mi última publicación entre tus recomendados, es un verdadero honor para mí.
    Te seguimos, te leemos y nos gusta como eres:)

    ResponderEliminar
  6. Zanbar, guapetón, es que no te vi para avisarte. Casi no publico la primera entrada, tuve alguna duda, menos mal que Marta me echó una mano, porque no sabía si esto funcionaba o no. Y que sepas, que ni la NASA ni nadie cortaría nuestra cominunicación. Faltaría más. Gracias por tu comentario. Un besito.

    Antonia, sin duda, el honor es mío. Tu libro es digno de mención en cualquier parte, es precioso y a mí me emocionó mucho. Espero que la gente lo lea y que puedan disfrutar como yo. Muchas gracias por seguirme. Eres encantadora, de verdad. Un beso.

    ResponderEliminar
  7. Probando comentario anónimoooooo

    ¡Funciona!

    ResponderEliminar
  8. Jajajaja, gracias, Zanbi. Seguiré arreglando cosas. ;)

    ResponderEliminar
  9. Hola guapa, que chula esta entrada... eres especial :-)

    Un abrazote

    ResponderEliminar
  10. Mi precioso cisne negro, qué ilusión verte aquí. ¡Y eres mi primera seguidora! Te he visto en la lista de seguidores. Tú sí que eres especial, y eso lo sé a ciencia cierta. Gracias, preciosa. Un besito.

    ResponderEliminar